miércoles, 27 de noviembre de 2013

Atrapar y mantener la atención


Después de la primera lección en el curso "The future of storytelling" la tarea consistía en mencionar una historia que nos hubiera gustado mucho más que otras y porqué. Todos recordamos algunas historias que nos quedaron grabadas para siempre. Puede ser una novela o una película. La cuestión importante para quienes además de leer queremos escribir es identificar los elementos por los cuales un relato se ha destacado.  En primer lugar, debe atrapar nuestra atención y mantenerla. Luego conviene que podamos identificarnos con situaciones y experiencias, además de hacerlo con personajes a quienes podamos apreciar u odiar.
 Podemos ver por ejemplo a Will Smith en "La búsqueda de la felicidad". ¿Quién no conoce bien la dificultad de encontrar un trabajo, o la preocupación por conservarlo en tiempos de crisis? Por un lado, el protagonista acepta un desafío donde parece tener todas las probabilidades en contra. Por otro lado, tiene fuertes motivaciones para esforzarse más que nadie: no lo hace solo por él mismo, sino por su hijo. Aparentemente no hay un antagonista, un enemigo con nombre y apellido, pero hay muchas circunstancias imprevistas que amenazan con arruinar el objetivo que persigue. Admiramos a un personaje tan determinado a triunfar que no permite que nada lo detenga. En otras palabras, identificación, sentimientos y experiencias universales, motivos para que apreciemos a unos personajes y odiemos a otros, sorpresas, dificultades que ponen a prueba al protagonista, una trama que se acerca a un clímax y un desenlace coherente.



¿Y si mencionamos también como ejemplo una novela? "El psicoanalista", de John Katzenbach. Un psicópata envía un mensaje anónimo amenazando al protagonista. Se trataría de una venganza por algo ocurrido 20 años antes. Ese maniático es inteligente, tiene muchos recursos, y ha tenido tiempo de planear cada detalle. Tenemos entonces un comienzo que llama la atención y atrapa. Un hecho que altera la rutina del analista y crea suspenso, como lo crea todo tipo de peligro o amenaza, real o no. Sin ser analista, puedo imaginarme como ser humano lo que se sentiría en situaciones tan particulares. La información está bien dosificada, revelada en la medida justa y en los momentos adecuados. Los capítulos, como en todo buen relato, hacen avanzar la historia aportando algo nuevo, nada de "rellenos" o detalles inútiles. Tanto los descubrimientos como las situaciones de riesgo mantienen nuestra atención y además se incrementan hacia un clímax donde todo se decide: victoria o fracaso del protagonista.
Este sería mi ejercicio hecho una vez más: qué tipo de historia me ha impactado y porqué. No solo como lector, sino para darme cuanta de los recursos que puedo poner en práctica al escribir mis propios relatos. ¿Qué películas o novelas ha tenido en ti el mismo efecto? Ya verá como este ejercicio te ayuda también a ponerle más interés a tus creaciones.



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