viernes, 25 de diciembre de 2015

Los sinónimos y los matices





 ¿Que diferencia hay entre "ver" y "mirar"?. Lo pienso mientras soy testigo de un atardecer único e irrepetible, como es un ocaso cada vez que ocurre. En la escuela nos enseñaron que los sinónimos son diferentes palabras que se usan para decir lo mismo. Supongo que es una explicación aceptable para un niño. Como escritores no podemos quedarnos con esa definición.
Miro el cielo, dirijo la mirada sobre el horizonte. Veo lo que comprendo como un atardecer. Contemplo ese espectáculo como una obra de arte. Distingo diferentes tonos en el cielo y formas en las nubes.  Diviso aves en el cielo y embarcaciones de pesca casi en el horizonte. Observo, porque pongo toda mi atención en ello.
Finalmente, lo aprecio y hasta le tomo una fotografia.
No solo hay una variedad de matices. Hay diversos significados que entran en juego al elegir cuidadosamente una palabra u otra. Eso tengo en cuenta al traducir un texto, al escribir el borrador de un relato, al leer noticias. Los medios pueden "aligerar" o "agravar" algunos hechos según las palabras que se elija para escribir artículos. Los diálogos en una narración, no creo que deban repetir la palabra "dijo", sino "afirmó", "confirmó", "negó", "adivinó", "dedujo", "consultó", "confesó", "reveló", etc. No quisiera olvidar los eufemismos, pero en esos casos se trata muchas veces de más de una palabra.
Ha caído la noche. termino de pasear y regreso a casa con la mente despejada y nuevas ideas. Pienso que ha sido un atardecer productivo.


martes, 20 de octubre de 2015

La biblioteca innombrable



Puedo decir que encontré la antigua biblioteca, me temo que no era sólo una leyenda. He estado ahí y agradezco al cielo haber encontrado la fortaleza necesaria para salir, sano y cuerdo.  Nunca volvería a entrar en ella, pues si lo hiciera, puede que ya no saliera esta vez.
  No, no diré en que parte del viejo mundo se encuentra exactamente, “Il mistero è chiuso in me”, pues no quiero cargar con el destino de muchos desafortunados en mi conciencia. Acecha oculta a simple vista, una biblioteca dentro de otra, como un alma perversa dentro de un cuerpo atractivo.
 Ese cuerpo es el de una institución reconocida, con instalaciones confortables, modernas. Un lugar muy completo en cuanto a calidad y cantidad de obras.  Ocurrió que entre ellas, en uno de sus tantos pasillos tapizados de libros, encontré las obras de uno de mis autores favoritos. Claro que me llamó la atención de inmediato. Allí estaban todas sus obras, las que leí, las que todavía no había leído, e incluso más. Había obras que no reconocía. No las había visto antes en librerías, sitios web o en otra biblioteca. No las había oído nombrar siquiera.
Tomé una de ellas con curiosidad:
 “Blues del reparador de mundos “, Tayuki Kimamoto.
“El joven Miyashi despierta temprano con la esperanza de encontrar un nuevo empleo. Está por conocer a un particular entrevistador que le confirmará que es la persona adecuada y que el puesto será suyo…si realmente lo quiere. Sin embargo, deberá pensárselo bien, pues si bien nada le faltará, será una tarea para toda la vida. Una tarea que le obligará a replantearse lo que realmente cree saber sobre la realidad”.

Como es mi costumbre, leí la primera página, y su comienzo atrapó mi interés. Quería conocer esa historia, pero había más. De hecho, había mucho más. Junto a ese estante había otro, y otro más, cada uno con nuevas obras desconocidas de mis autores favoritos: maestros del terror, el suspenso, la novela erótica, los cuentos, los microrrelatos. El pasillo se extendía más de lo que yo recordaba. Me di cuenta de que ya no escuchaba otras voces, parecía estar solo, pero el entusiasmo era por el momento mayor que mi preocupación.
No sé cuánto estuve caminando. Me encontré, siguiendo la misma dirección, con más obras que despertaban mi interés. Ahora a  los autores no los conocía ni había oído nunca de ellos, y allí estaban sus obras, tal vez completas. ¿Cuánto tiempo podría pasar entretenido con estas historias? Teniendo en cuenta lo que había visto y lo que aún restaba…más tiempo del que podría vivir. Si elegía cuidadosamente unas obras, estaría renunciando a otras.  Si dedicaba mucho de mi tiempo a leerlas, no tendría tiempo para socializar, para escribir mis propias obras, para continuar mi trabajo dando clases. ¿De qué me serviría reunir el conocimiento de tantas obras si no pudiera reseñarlas, comentarlas, recomendarlas? ¿Por qué apartarme de mi vocación, si el sentido que tiene el reunir conocimiento es luego poder darlo a otros? Devolví uno de esos libros a su sitio cuando algo noté algo más: en el mismo estante, al alcance  de mi mano y algo más arriba, había libros con mi nombre.
El primero que tomé lo confirmó: mi nombre y mi foto. Una tal editorial Jano, y la fecha actual. Miré de nuevo otras obras. Todas tenían fecha actual y la misma supuesta editorial. Jano, dios romano de dos caras que miran en direcciones opuestas; dios de las puertas, de los principios y de los finales. El propio mes de “enero” es una variante de su nombre, y aún en idiomas como el inglés y el portugués se nota la similitud con “January” y “Janeiro”. 
Probé a abrir una mis obras inéditas y ver la primera página. Apenas al intentarlo, sentí el ruido de una puerta cercana que comenzaba a cerrarse. Así que ése era el precio. Yo no había visto más que títulos, no había leído más que unas pocas líneas. Si buscaba de inmediato la salida, tal vez pudiera encontrarla. ¿Sería así o ya sabía demasiado?
No hace falta decir que alcancé la salida caminando a buen paso y sin mirar atrás. ¿De qué serviría que llamara a otros, que les hablara de libros y autores inéditos en más espacio del disponible?  Ese lugar maldito no se abriría a cualquiera. ¿A quiénes habría atraído con semejantes tentaciones? ¿Cuántas personas estarían todavía leyendo, ajenas para siempre al resto del mundo? Ese lugar les ofrecía relatos literalmente atrapantes, pero a cambio se quedaba con sus vidas, y  lo que sus vidas pudieran dar al mundo. ¿Era una biblioteca infinita cuyas características no podemos comprender, o una de las formas que puede tomar el infierno, para atrapar almas y quitárselas al mundo? Tal vez fuera ambas cosas, pues un infinito puede contener a otro.   
No niego que hasta el dia de hoy sigo sintiendo a veces la tentación de regresar a ese lugar, mas no conozco a nadie más que haya ido, como yo; y menos aún, alguien que de su segunda visita haya regresado.

 

sábado, 17 de octubre de 2015

Una idea para llegar a tu público







¿No consigues llamar la atención de una editorial? Es todo un tema, difícil de conseguir, pero posible. Incluso puedes tomar la opción de autopublicar. El principal problema de estos tiempos no es ése.
Si se publican miles de libros al año, si sólo se lee un  pequeño porcentaje de lo que se publica en Internet cada día, entonces tu obra es una gota de agua en un océano. Ahora no solo nos basta con pulir nuestras técnicas narrativas,seguir practicando y perfeccionándonos toda la vida, sino que también debemos aprender a construir una marca personal. Promocionar nuestra imagen de escritor, nuestras obras, de manera tal de ser constantes e interesantes. Habla del tema que conozcas bien, aunque sea controversial, pero pase lo que pase, nunca aburras al lector.
Ya se he mencionado en el artículo anterior algunas propuestas para dar a conocer nuestras obras y hasta nuestros personajes, además de crear interés en los lectores. En esta ocasión deseo  desarrollar otra idea.
¿Quién no ha visto un club de lectura en sitios como Facebook? En general se lee y comenta a autores muy conocidos. Muchos no necesitan promoción porque son famosos, otros porque ya no están en este mundo, y en todos los casos, porque ya son nombres destacados. ¿Qué tal una variante? Cada nuevo club de lectura puede ser temático, uno para el género terror, uno para historias de amor, otro para lo que podríamos llamar crítica social,etc. Los lectores de cada género descargan una obra en un dia de promoción en que pueden hacerlo de manera gratuita. Tal vez tres o cinco librso en una semana. Más tarde cada uno deberá escribir una reseña en un blog, una crítica constructiva, a la que pueden sumar la mención en sus muros, twitter y otros espacios de la red.
De esta manera los autores obtienen visibilidad y se corre la voz sobre ellos, los lectores leen exactamente sobre el género que les interesa, los bloggers tienen más temas originales sobre los cuales escribir, y se descubre nuevos talentos.
Hasta ahora he visto propuestas similares, aunque faltaria ese nivel de organización, sin dejar nada al azar. En general muchas obras son mencionadas cada día y solo tienen sus "quince mimutos de fama". Tal vez solo falte un poco mas de impulso, correctamente dirigido, para poner muchas historias en circulación.



viernes, 25 de septiembre de 2015

Reseña: 1Q84, de Haruki Murakami




Libros 1 y 2

Habrás oído mencionar que en japonés el número 9 y la letra "Q" se pronuncian de forma similar. Esta novela está ambientada en 1984, con muchas referencias a la novela de Orwell, aunque también se ambienta en parte en "1Q84".
 Puede que te contaran que trata sobre los universos paralelos. Eso ni sería exacto ni diría casi nada sobre sus inolvidables personajes y su original e  imaginativa trama. Es mucho más, y mejor. Esta historia es tan extensa como atrapante, por lo cual está dividida en tres partes. Los "libros 1 y 2" vienen en un solo ejemplar de alrededor de 1100 páginas.
En los "libros 1 y 2" el relato está alternado entre Masami Aomame y Tengo Kawana, los protagonistas. Comenzamos con Aomame, supuesta profesora de gimnasia, pero en realidad, un asesina por encargo, profesional en ambas tareas gracias a sus conocimientos del cuerpo humano. Se encamina hacia su próximo objetivo.
El segundo capítulo nos presenta a Tengo Kawana, profesor de matemáticas y escritor, aparentemente nada que ver con Aomame. Tengo trabaja en una editorial y está por recibir un encargo más complicado y comprometedor de lo que parece: debe reescribir la novela de una adolescente de manera tal que gane en un concurso.
A partir de estos dos inicios, aparentemente de dos historias diferentes, seguimos a cada protagonista, un capítulo cada uno, hasta que los acontecimientos empiezan a relacionarlos cada vez más entre si. Las decisiones de ambos van a desencadenar reacciones inesperadas, sopresas, peligros, incluso hechos fantásticos. ¿Quién es la joven escritora y cuál es la importancia de su novela? ¿Cuáles serían las consecuencias de que esa historia fuera modificada? ¿Dónde se fijaría los límite entre ficción o realidad,  entre coincidencia o destino?
A medida que avanzamos en la lectura, conocemos el pasado de los protagonistas, el cual aporta sentido a su presente, a sus decisiones, y al hecho de que tal vez no sean tan diferentes entre si. Otros pesonajes "secundarios" son inolvidables también, únicos en sus caraterísticas, creados con tal dedicación, que los apreciamos o los odiamos, peor no seríamos indiferentes.
La creativa presentación de algunos hechos fantásticos cuida la verosimilitud y nos resulta una consecuencia lógica de otros acontecimientos relacionados. Al terminar de leer la primera parte, libros 1 y 2, ya sentia ganas de seguir inmediatamente con el "libro 3".



Libro 3

Antes que nada, hay que advertir que no se comience la lectura por el libro 3. Sin haber leído los libros 1 y 2 no se entendería bien esta parte de la historia, y se revelarían unas cuantas sorpresas de esa primera parte.
En este libro se une una tercera voz, la de Ushikawa. No revelaré aqui quién es exactamente, ya lo sabrán quienes hayan leido los capítulos anteriores. Lo que se puede decir es que a las voces alternadas en cada capítulo de los protagonistas, Aomame y Tengo, se suma la de este antagonista. Este detalle le suma interés al climax de esta trama, llena de suspenso y peligros.
También con Ushikawa podemos examinar un pasado que tiene en común con tengo y Aomame detalles como  la soledad, la búsqueda de aceptación, la conflictiva relación con la familia, la cuidadosa observación de la realidad.
A esta altura los protagonistas están inmersos en la realidad de 1Q84, saben lo que tienen en común y se preguntan si en algún momento llegarán a encontrarse y con qué resultados.Aqui se nota más que en otros momentos, que no se reduce a ser una historia sobre universos paralelos o hechos fantásticos, sino que esos hechos soportan como columnas otra historia importante, una historia de amor, en la cual alcanzar la felicidad, si se alcanza, requerirá superar muchos obtáculos, algunos por parte de enemigos y otros,muy personales. Sin duda,un lectura muy recomendable.


Que no falte un libro




He tenido momentos de soledad.Sin embargo una cosa es estar solo y otra sentirse solo. Con un buen libro no se siente soledad, mas bien resulta oportuna. El tiempo parece pasar rápido, y es un tiempo bien invertido.
¿Qué es un buen libro? En parte depende de cada uno. Creo que la cuestión pasa por los efectos que tiene: te interesa, te entretiene o te resulta útil. Te cuesta dejarlo por mucho tiempo y da un poco de pena que se termine, entonces buscas otro, tal vez del mismo autor.
Necesito historias, no solo me gustan. Conozco y comparo diferentes maneras de contar: el estilo de Cortazar, el de Monterroso o el de Borges; las novelas de ciencia ficción, de suspenso y de terror. Las series donde se construyen personajes inolvidables y nos dividen la acción en escenas, capítulos, temporadas. Claro que ahi donde vemos imágenes en la pantalla, primero debió trabajar alguien en escribir un guión.Cuando está bien logrado uno no quiere tener que esperar un año a que empiece la temporada siguiente. En medio de esa enorme variedad de historias casi no notamos que suelen girar alrededor de unos pocos temas relevantes: el amor, el odio, la muerte, el sentido de la vida.
Puedes decir que no te gusta leer. Yo pensaria que en realidad no has encontrado todavia lo que te guste leer, pues hay de todo. A que te gusta también seguir algún tipo de relato. Puede ser en forma de película, telenovela, documental ficcionalizado, libro, serie, teatro, ópera, y tantas otras posibilidades. La cuestión es que si nos falta un relato nos ponemos a buscar uno en nuestro tiempo libre.